Julio, 2022 | Texas y el Multiverso de la locura
En “Pura coincidencia”, una de las entregas de febrero de 2022, les contaba la particular historia de Tejas y como el territorio terminó convirtiéndose, secesión y guerra mediante, en el estado número 28 de los Estados Unidos de América.
Quince años después, Texas eligió nuevamente la secesión. El 1 de febrero de 1861 le declaró la guerra al gobierno de los Estados Unidos dirigido por el republicano Abraham Lincoln. Se sumó así al conflicto en defensa de los intereses de la Confederación, ese bloque de estados sureños que declaró su independencia, eligió su propio presidente (Jefferson Davis), redactó su propia Constitución fervientemente pro esclavista y autonomista, declaró que la supremacía blanca y la esclavitud negra eran “la piedra angular” del nuevo gobierno1, creó su propio ejército (la Confederate Army al mando del General Robert Lee), eligió su propia capital (Richmond, Virginia) y luchó lo que entendieron era una guerra por la independencia y su “modo de vida”. Después de la dura derrota de la Confederación en 1865, Texas fue readmitido formalmente en la Unión en 1870, bajo ciertas condiciones.
Más de 150 años después, el partido republicano de Texas está impulsado una nueva secesión.
Demostrando el extremismo político que prevalece en sectores cada vez más encumbrados (particularmente notable en estados como Texas, Florida y Utah), la dirigencia estadual del partido republicano dio a conocer, hace unas semanas, su plataforma política de cara a las elecciones legislativas de noviembre. La misma fue elaborada en el marco de la Convención estadual del Partido Republicano, celebrada en el mes de junio en Houston (Texas), y aprobada por los más de 5000 delegados asistentes.
El documento es… Veamos.
Abonando a la teoría trumpista de que las elecciones presidenciales de 2020 fueron fraudulentas, la postura oficial del partido estadual es que Joe Biden es un presidente “ilegítimo” e “interino”:
”Creemos que las elecciones de 2020 violaron el artículo 1 y 2 de la Constitución de Estados Unidos, que varios secretarios de estado engañaron de forma ilegal a sus legislaturas (locales) para llevar las elecciones de formas diferentes, incluido el recibir boletas electorales después del 3 de noviembre de 2020. Creemos que el significativo fraude electoral en importantes áreas metropolitanas afectó los resultados en cinco estados clave a favor de Joseph Robinette Biden Jr. Rechazamos los resultados certificados de las elecciones presidenciales de 2020 y sostenemos que el presidente en servicio Joseph Robinette Biden Jr. no fue electo de forma legítima por la población”.
Como lo han hecho a lo largo de la última década, reiteran su exigencia de derogar la importante Ley de derechos electorales de 1965, que tomó las provisiones necesarias para eliminar las prácticas, normas y obstáculos legales que impidieron votar a los afroestadounidenses durante la era de segregación racial conocida como Jim Crow. Esto va en línea con lo que viene sucediendo en ese estado y que en 2021 derivó en la sanción de una de las leyes más restrictivas en lo que refiere al ejercicio del derecho al voto, al imponer nuevas limitaciones al empadronamiento electoral, dificultar el voto por correo, y dándole poder de supervisión a los fiscales de los partidos que no tienen la categoría de funcionario electoral.
Declaran que cualquier control de armamento es “una violación de la Segunda Enmienda y de nuestros derechos otorgados por Dios”.
El documento de la plataforma también exige un “cambio a la Enmienda 14 (“Todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos y sometidas a su jurisdicción son ciudadanos de los Estados Unidos y del Estado en que reside”) para eliminar lo que llaman “turismo de nacimientos”. Así, pide eliminar la ciudadanía por nacimiento en el territorio, y otorgarla “solo a aquellos con al menos un padre biológico que sea ciudadano estadounidense por ascendencia".
Dado que el gobierno federal ha “perjudicado” el derecho de los texanos a autogobernarse, solicitan al gobierno estadual realizar una “votación popular”. Según la plataforma, cualquier “legislación de mandato federal que infrinja los derechos de la 10ª Enmienda de Texas debe ser ignorada, opuesta, rechazada y anulada”, por lo que llaman a la secesión:
“Texas conserva el derecho de separarse de Estados Unidos, y se debe pedir a la Legislatura de Texas que apruebe un referéndum (...) para que el pueblo de Texas determine si el estado de Texas debe o no reafirmar su condición de nación independiente".
Lo que pretenden es impulsar un plebiscito (no vinculante) en el ciclo electoral de noviembre 2023 para convertir al estado en una nación independiente o, en su defecto, organizar “una convención de estados para limitar el poder y la jurisdicción del gobierno federal”.
¿Saben lo que era una “convención de estados” que limitó el poder y jurisdicción del gobierno federal? La Confederación.
Ahora bien, este documento no pareció ser un resultado necesariamente inesperado. Por un lado, muchas de las ideas referidas ya habían sido planteadas en la plataforma del Partido en 2012, producto del surgimiento y consolidación del ala ultra-conservadora conocida como Tea Party en la cúpula del partido, tanto a nivel federal como estadual. La misma postuló desde la abolición del aborto sin excepciones y de políticas de prevención del VIH/SIDA, la oposición no solo al matrimonio entre personas del mismo sexo sino a la homosexualidad, la eliminación de toda política de acción afirmativa y la derogación del impuesto a la renta; hasta la imposición del inglés como idioma oficial de Texas y de Estados Unidos (un claro rechazo a la historia, tradición cultural y origen mexicano del estado, demanda que hacia 2019 contaba con un 69% de apoyo entre los republicanos de Texas según una encuesta de UT/Texas Tribune), la oposición al fomento del “pensamiento crítico” cuyo objetivo es “cuestionar las creencias del estudiante y socavar la autoridad paterna”, y la propuesta de re-introducir los castigos corporales en las escuelas como forma “eficiente” de disciplinamiento2, entre otras propuestas tan retrógradas y preocupantes como la de oponerse a “las acciones de las agencias sociales que clasifican los métodos de disciplina tradicionales como abuso infantil”.
Por otro lado, ya en noviembre de 2021, el infame senador Ted Cruz había sugerido la idea de la secesión en un discurso ante estudiantes de la Universidad de Texas A&M:
“Si aumentan el número de [jueces asignados a] la Corte Suprema, si hacen de [Washington] D.C. un estado, si federalizan las elecciones y expanden masivamente el fraude electoral, puede llegar un punto en el que sea inútil (pertenecer a la Unión)”, dijo Cruz. "Y si se llega un punto en el que no hay esperanza, entonces creo que tomaremos a la NASA, tomaremos al Ejército, tomaremos el petróleo”.
Poco original, Cruz a su vez recuperó dichos del ex gobernador del estado, Rick Perry, quien en más de una ocasión durante los años de la presidencia de Obama declaró que los texanos pensaban en recurrir a su derecho a la secesión, de ser necesario.
Estas ideas no dejan de responder a tendencias latentes a nivel de base, más a la derecha que incluso los que están a la derecha del partido. Marginales o no, son paradigmáticas del sentir de ciertos grupos sociales que sienten que han perdido poder político, aumentando el extremismo en un estado con libre portación de armas como forma legítima de recuperar los espacios de poder y estatus. En este sentido, el Texas Nationalist Movement viene impulsando hace años la idea del plebiscito sobre la secesión y lanzó la campaña "Texit" para obtener los votos necesarios e introducir el tema en las boletas primarias del estado en 2022 o 2023. Más de 428,698 personas - y contando - ya firmaron la petición.
Si esto los dejo así 👀, pues prepárense para lo que sigue.
Demostrando que esto es parte de una tendencia, algunas cuestiones que la plataforma política proponía hacia fines de junio, se concretaron pocas semanas después a través de fallos de la Corte Suprema de los Estados Unidos (léase, la declaración de inconstitucional del derecho al aborto) o podrían ser parte de la agenda de discusión (la revocación del fallo del Tribunal Supremo que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo y la prohibición de contenidos de lo que se conoce como “educación sexual integral” en las escuelas3). Por último, la plataforma refiere explícitamente a la homosexualidad como “una elección de estilo de vida anormal”, se opone a cualquier iniciativa “para validar la identidad transgénero”, y solicita el fin a las restricciones de la polémica práctica conocida como “terapia de conversión” para personas LGBTQ+, aún llevadas a cabo en estados como Utah y en centros privados de California.
Amén de que estas cuestiones se transformen o no en políticas públicas, o de las minucias legales o constitucionalidad de la posibilidad efectiva de una secesión, lo cierto es que va más allá de “poner temas en agenda”: indican la dirección hacia donde la derecha está empujando el debate político y el modelo de país que tienen en el horizonte. Según Matt Mackowiak, estratega republicano, “la plataforma refleja la dirección que los militantes creen que debería tomar el partido… la plataforma es más relevante como una señal de “dónde están parados los votantes de las primarias y qué les importa”. Sin embargo, esto no queda en el mundo de las ideas. Como sugerimos anteriormente, algunas ya se han materializado en fallos de la Corte Suprema y en leyes estaduales de restricción electoral en prácticamente los 50 estados.
Una de las propuestas de este newsletter es dejar de pensar que el Estados Unidos que hoy se nos presenta es algo fenomenológico, excepcional, cuyo devenir sucede fuera del tiempo y del espacio. Que en Estados Unidos pasan cosas que “en Estados Unidos no pasan”, entre ellas, el imparable avance y encumbramiento de una derecha ultra-religiosa con innegables caracteres fascistas y teocrática que se consolida en un contexto de crisis institucional y cuestionamiento de la legitimidad político-electoral.
No vaya a ser cosa que Estados Unidos tenga que, una vez más, invadir Estados Unidos.
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“la gran verdad [es] de que el negro no es igual al hombre blanco, esta esclavitud, la subordinación a una raza superior, es su natural y normal condición. Nuestro nuevo gobierno es el primero, en la historia del mundo, basado sobre esta gran verdad física, filosófica y moral”, Alexander Stephens, The Cornerstone Speech, 21 de marzo de 1861, https://web.archive.org/web/20071117085333/http://teachingamericanhistory.org/library/index.asp?documentprint=76
Textualmente: “Se recomienda que los consejos escolares locales y los maestros tengan mayor autoridad para lidiar con los problemas de disciplina. Pedimos a la Legislatura, al Gobernador, al Comisionado de Educación y a la Junta Estatal de Educación, que recuerden a los administradores y a los consejos escolares que los castigos corporales son eficientes y legales en Texas.”
A este respecto, lo que dice la plataforma del Partido Republicano de Texas es: “Exigimos que la Legislatura Estatal apruebe una ley que apruebe la impartición de educación sexual, salud sexual o identidad sexual en todas las escuelas públicas en todos los grados, así como difundir o permitir la difusión de cualquier contenido relacionado con lo anterior por parte de quien sea. Todos los distritos escolares, escuelas individuales o autónomas tienen prohibido contratar o emitir pagos a terceros por material relacionado con los temas mencionados. Hasta que esta prohibición surta efecto, la educación sexual debe restringirse a programas que advierten sobre el peligro de las relaciones sexuales y promover la abstinencia sexual antes del matrimonio. Antes de a un estudiante se le eduque sobre sexualidad o planeación familiar el distrito debe obtener el consentimiento escrito del padre o tutor.”